jueves, 1 de marzo de 2007

Antología de imágenes

Resumir 36 años de la historia de uno de los festivales de música más importantes del Reino Unido, como es el de Glastonbury no es tarea fácil. Son muchos años en los que miles de millones de personas han ido ha adorar a sus ídolos y a vivir todo tipo de experiencias.

Para Julien Temple, no parece haber sido tan complicado como demuestra el documental que ha realizado sobre este festival. El cineasta ha recopilado (con ayuda claro está) todo tipo de filmaciones antiguas y contemporáneas, no para explicar su historia, como lo haría un reportaje al uso, sino a través de un pequeño collage en el que retrata como ha ido cambiando el festival a lo largo de estos tres décadas, donde se ha pasado del hippiesmo al new age, pasando por el rock, el punk, el heavy y la electrónica. Prueba de ellos son las actuaciones que aparecen desde James Brown a Björk.

Pero el director de otros films sobre el mundo de la música, se aleja de la recopilación de conciertos y se centra en su público, en las experiencias que se han vivido y se viven en un paradero tan sagrado como particular. Unas experiencias que distan mucho de las de sus inicios como refleja el hecho de que siantes se le daba más importancia a la libertad de experimentar todo tipo de sensaciones y emociones a través de todo tipo de sustancias (por otra parte, una de las pocas cosas que se mantiene en el festival) y crear una comuna hippie donde la libertad hacia acto de presencia a través de su reivindicación, ahora es cada vez más frecuente la defensa de un pasárselo bien, sin reflexionar como ni porqué nació ese festival. Un ejemplo lo encontramos en la actitud de y hacia los policías que si antes eran visto como represores, aunque estos sintieran curiosidad e interés por lo que hacía, ahora son los propios organizadores quien requieren de medidas de seguridad para que nadie se cuele sin pagar. ¿Dónde está la libertad del festival de los años 70? ¿Esa importancia por lo que sucedía en el festival¿ ¿Por lo que decían los artistas que subían al escenario?

Temple parece plantear todas esas preguntas gracias a una superposición de imágenes presentes y pasadas, montadas (aparentemente) al azar, sin seguir un orden cronológico, que dejan bien claro que los tiempos cambian, tanto para la música, como para los festivales y el público al que se dirigen. Todo explicado a través de una antología de imágenes de un festival que era y seguirá siendo, pese a todo, uno de los más importantes del mundo.

Joan Colás

3 comentarios:

Unknown dijo...

¿No te ha transmitido ninguna emoción?. Si es así, Temple ha fracasado contigo, pues creo que su intención era precisamente impresionar emotivamente a quien viese su pieza. La mezcla de formatos, la asincronía cronológica, la falta de off y la ausencia de rotulación no hacen sino poner énfasis en la huella emocional que las imagenes pueden provocar en el espectador. ¿Te ha dejado frío?

Joan Colás dijo...

Lo siento, pero sí. Me ha dejado frío. Conmigo no ha logrado transmitirme las emociones que vivían los asistentes a Glastonbury. Ellos se lo pasarían bien seguro, pero yo viendolos a ellos nbo siento nada, excepto pena por alguno que está pasado de vueltas. Realmente, reconozco que ha transmitido lo que el público asistente siente allí, a alguno eso les incitará a asistir, porque encontraran que un festival como ese con gente tan variopinta merece la pena y quieren compartir esa experiencia. Pero yo no. Prefiero disfrutar de la experiencia de un único concierto con amigos, e indeoendientemenet de un dia en el campo con ellos.

Unknown dijo...

"Realmente reconozco que ha transmitido lo que el público asistente siente allí",dices.
Primero pido disculpas porque la pregunta que te hacía no ha estado bien formulada, pues lo que pretendía saber no es si a tí te llaman la atención los festivales, aspecto que como mi punto de vista al respecto resulta irrelevante, sino si el realizador había conseguido transmitir las emociones que allí se viven. Si lo ha conseguido, cosa que tú afirmas en tu respuesta, encuentro a faltar alguna referencia a ese logro en tu comentario -o eso o valorar si la emoción es o no un sustituto de la recopilación de instantes célebres-. Era sólo esa la intención de la pregunta que, reitero, no he formulado con exactitud.